Jirones de periódico

Atribulaciones y publicaciones de una escritora y periodista madrileña en la aldea gallega

09 septiembre 2005

Cine, juventud y tribus urbanas


‘Juventud, divino tesoro / te vas para no volver’, cantaba el bate de Nicaragua. Muchos son quienes rinden pleitesía a la edad de la pérdida de la inocencia, cuando la juventud comienza a acercarse al mundo real y pierde su halo de inmutablidad. El cine, como reflejo de la sociedad y de la vida en la que se desenvuelve, ha recurrido en decenas de ocasiones a las historias de juventud, a los grupos, los guettos y los enfrentamientos entre las distintas tribus urbanas.

La historia del cine siempre ha sentido una inevitable atracción por la juventud y por todos los valores que esta encarna. Su despreocupación, su fuerza, su actitud ante la vida, en ocasiones inconformista, en otras totalmente indiferente.
A lo largo de los años, cientos de películas han buscado en diferentes modelos de jóvenes la base y el tema para sus historias. Jóvenes rebeldes, con o sin causa, marcados por la moda de su tiempo, por sus circunstancias, por la sociedad que les rodea. Se cuentan por centenares los filmes que tratan el tema de las diferentes tribus urbanas, su círculo y su modo de vida.
Quizá de todas, la más memorable sea Quadrophenia. Rodada por Franc Roddan en 1979, la película ha pasado a la historia del cine de culto como una de las mayores representaciones del espíritu mod. La música de The Who, las vespas y los enfrentamientos con los rockers, la tribu rival, son el centro sobre el cual gira la película, que sirvió, además, como debut cinematográfico para un jovencísimo Sting. A pesar de reflejar el mundo circundante en la época de los sesenta, la actualidad de Quadrophenia es tal que nunca ha pasado de moda. En la misma época, pero con un cariz totalmente opuesto, se rodó Hair. En clave de musical, y dirigido por el checo Milos Forman, la película refleja el movimiento social que se levantó contra la guerra de Vietnam. La banda sonora, como en la anterior, ha quedado inmortalizada para el recuerdo con temas como 'Aquarius'.
Años antes, en el mismo escenario neoyorquino, las peleas entre las bandas rivales Jets y Sharks crearon el musical West Side Story, edulcorada revisión de un Romeo y Julieta pandillero donde la nota racial marca la diferencia. El racismo y las peleas entre diferentes tribus han sido frecuentemente revisitadas en el cine actual, con mayor o menor éxito. De entre las más recientes destaca la francesa El Odio, brillante obra maestra sobre la marginación y la creación de guettos en las actuales y modernas urbes europeas.
Sin duda, los años sesenta dieron para mucho en el cine, y sus temas siguen tratándose hoy con toda actualidad. Esta época vivió también el nacimiento del fenómeno punk, que no sólo cambió la forma de entender la música, sino que dio un nuevo giro a la expresión 'rebeldía de juventud'. Los británicos Sex Pistols fueron sus principales adalides y representantes. Si no toda su historia, al menos sí la más pública, la truculenta relación de Sid Vicious, el hermoso 'poster viviente', con Nancy Spungen. A mitad de camino entre la biografía, el musical y la fantasía surrealista, Sid and Nancy supuso el despegue como actor para el brillante Gary Oldman y, aunque reflejaba de modo bastante certero las vivencias del mundo punk, Alex Cox, el director, se centró más en la historia de amor destructivo, drogas y muerte de la mítica pareja.
Calles de Fuego y Rebeldes coronan la lista de películas de tribus en los ochenta. Rockeros y peleas pueblan cada fotograma de la primera. En la segunda, basada en la obra homónima de la jovencísima Susan Hinton (apenas tenía 16 años cuando la escribió), Coppola descubrió a una cuadrilla de grandes actores, entonces apenas prepúberes con espinillas y hoy estrellas indiscutibles del celuloide. Tom Cruise, Matt Dillon y Patrick Swayze formaron entre otros el Brat Pack (hatajo de mocosos) a los que hoy en día no hay quien tosa en el universo Hollywood. Pony Boy, junto a sus dos hermanos mayores y sus amigos forman parte de una pandilla callejera, los “greasers”, chicos pobres que viven al límite de la legalidad.
La aportación española a la necesariamente corta lista de películas memorables de juventud y tribus urbanas es la medianamente aceptable Historias del Kronen. El realizador Montxo Armendáriz llevó al cine la novela de José Ángel Mañas, la historia de Carlos, un joven estudiante de 21 años que no tiene nada claro qué es lo que desea hacer en la vida, excepto salir de discotecas y beber lo más posible con sus amigos.

Publicado en FARO DE VIGO, el Viernes, 9 de septiembre de 2005